Llegadas estas fechas, cuando ya se vislumbra un nuevo año, todos, creo, hacemos balance de lo acontecido y vivido y nos esmeramos en fijarnos propósitos y objetivos.
Ante una realidad marcada por las malas noticias, las dificultades y las situaciones apuradas, no se nos ocurre otra solución o propuesta, que la de sacudirnos el egoísmo y pensar en clave de comunidad, que colabore con coraje para remover tanto obstáculo. Somos conscientes de la ingente complejidad que conlleva lo que ahora postulamos; comencemos por dejar de lado nuestras diferencias y aunemos esfuerzos y todo ello presidido por un talante dialogante y constructivo; nos parece la mejor receta.
No pequemos de intransigentes e intolerantes puesto que ello no va acompañado de nada fructífero que vengaa solventar o a sumar.
Para no extendernos, pensamos, desde la humildad, que enfrentarse o arrostrar la colosal y compleja papeleta que se nos presenta con el nuevo año, requerirá de todas nuestras energías y fuerzas y, tal vez, ojalá, logremos encontrar para todos, para la colectividad y para cada uno de los que la integramos, cierto alivio en cuanto a problemas y penurias, puesto que ejemplos de escasez, de estrechez y de carencias los tenemos a nuestro lado a diario y no debe de resultarnos algo ajeno.
Únicamente implicándonos todos en la generación de riqueza y bienestar, se nos abrirá un futuro más esperanzador.
Con esa ilusión solo nos queda desearos un buen 2023.