Gestión eficaz y sensible
En un gremio como el de la hostelería, al igual que en otros sectores, no cabe duda de que el factor humano y la organización son elementos vitales. Diseñar una organización y planificar los elementos que la integran, requiere de una meditada y profesional planificación.
Doy por sentado que en toda actividad la motivación juega un papel nuclear. Cualquiera de nosotros en nuestro quehacer diario, además de cumplir con lo que nos es exigible en cada jornada, buscaremos cierto reconocimiento que nos impulse a emprender con buen ánimo el día siguiente. Si no existe esa fuerza que te lleve a continuar y a afrontar lo venidero, más pronto que tarde caeremos en la apatía y no hallaremos ningún sentido a nuestro trabajo.
Así pues, para aquellos que seamos responsables de un grupo de trabajo debemos, en primer lugar, percibir cuales son las inquietudes de los miembros que integran la organización y al mismo tiempo saber discernir entre los más idóneos para ocupar cada puesto, exigir de los mismos el que se involucren en el desempeño de las funciones propias de cada uno, fomentando el ánimo entre los componentes. Y para todo ello, cabe sin duda apostar por la formación, la especialización y la posibilidad de progresión, dentro de las posibilidades que tenga cada establecimiento, e indudablemente por una política de retribuciones y descansos que redundará en la creación de un buen clima laboral. A efectos de lograr un servicio de calidad, no solo juega el producto y el arte culinario, sino las condiciones en las que trabajan los empleados.
Con este escrito abogo por ir implementando una evaluación del desempeño que se traduzca en un reconocimiento salarial, pero así mismo en un régimen de descansos y vacaciones, que sirvan de estímulo a nuestros empleados, permitiendo que para muchos de ellos el mundo de la hostelería no sea tan solo un medio de cubrir sus necesidades momentáneas, sino un proyecto de futuro en el que se sientan plenamente realizados y reconocidos.
Todo este cúmulo de ideas, comprendo que solo podrán convertirse en una realidad si las circunstancias económicas lo permiten, pero también creando una atmosfera en nuestro gremio, que permita dignificar a la persona y potenciar una cultura en la que se valore en su justa medida la profesionalidad.
Es nuestro mundo, lugar adecuado para ser creativos e ilusionar, no tan solo a nuestros clientes a los que nos debemos, sino asimismo a todos los que participamos en esa noble empresa.