Singularidad y persuasión.
En un lugar como España con una exuberante, dilatada y extensa propuesta gastronómica, con una inmensa calidad tanto en cuanto al producto como al saber hacer en el arte culinario, se impone seguir trabajando para mantener e incluso incrementar esa notable o, mejor dicho, sobresaliente nota de la archiconocida cocina española.
Además de lo mencionado, que puede parecer obvio y tópico, puesto que lo español está de moda en el mundo de la restauración, queremos poner de manifiesto, cual es, la notoria importancia de saber propagar y difundir las cualidades y bondades de lo propio y especifico de cada una de nuestras localidades, de tal modo que lo hagamos atractivo, atrayente o cautivador, si entramos a competir en el mejor de los sentidos, con lo que ofrece la variopinta oferta en el mercado interno, lógicamente sin descuidar nuestra imagen de cara al turismo exterior.
Para seducir con autenticidad y de un modo claro y elegante, no hacen falta palabras rimbombantes ni aparatosas. Huiremos de lo altisonante, de lo pedante y ostentoso, si bien, nos deberemos de aplicar en convertir el entorno del Grau de Castelló y del Distrito marítimo en un lugar llamativo por lo mucho que brinda, sabiendo trasladar por todo tipo de canales las virtudes que en esta parte del Mediterráneo se concentran.
La importancia de como envolver y hacer llegar un mensaje convincente, es esencial en la comunicación para que alcance a todos, la ingente riqueza de nuestro patrimonio gastronómico de excepcional valía.
Si bien, es cierto que lo bueno se vende sólo, en este mundo globalizado siempre será imprescindible saber vendernos.
En eso estamos.