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La batalla por la permanencia es cruenta e impasible y, más, cuando se enfrentan dos cuadros con aspiraciones idénticas. El Castellón visitó al Cartagena con la intención de separarse de la zona de descenso, pero se toparon con un Rubén Castro que, con su decimosexto gol en el campeonato, sacó a los locales del descenso y superó en la tabla a los de Garrido, quienes no pudieron anotar pese a la acumulación final de delanteros.

El Castellón interpretó pronto y por la fuerza la hoja de ruta de un Cartagena sabedor (también) de estar jugándose la vida. Los de Carrión llegaron dos veces en los primeros minutos, sin embargo, el andamiaje de Garrido reaccionó en una intendencia exigente que debió mezclar repliegues en tres cuartos de campo, para rebajar la iniciativa del Cartagena, y una posesión con velocidad y solidaria cuando los castellonenses empezaban el ataque.

Si bien el Castellón sabía de la importancia de armonizar sus construcciones, también fue consciente de lo necesario que era no aflojar los dientes, manifestando una mayor participación en la primera media hora de encuentro de la defensa ante las llegadas del Cartagena.

No obstante, precisamente Lapeña, lateral derecho, fue el artífice de la mejor ocasión del partido hasta el momento tras lanzar un tiro libre a tres metros del área, en el 30, duro y en dirección a la cruceta, pero los reflejos y los puños del meta Marc Martínez evitaron el tanto.

El rol del Castellón no se despojó del carácter defensivo al que obligaba el Cartagena, aunque Bodiger volvió a poner en apuros en el 40 al portero cartaginés tras una contra que se rompió en primera instancia pero que resultó en el centro hacia el remate del francés, siendo rechazado por el meta a córner.

La poca participación de un Rubén Castro oprimido entre Indias y Gálvez mermó las acometidas de los de Carrión, lo que cristalizó en una primera parte que acabó con un Castellón más cómodo y con un Cartagena inconexo.

Los de Garrido adelantaron filas a la vuelta y se hicieron con la posesión a base de basculaciones en la zona de presión. Y este ejercicio tuvo un principio de recompensa con aproximaciones, pero cuando un jugador que es máximo goleador de un equipo de primera está en el campo, especular puede salir caro: el Castellón no marcó en las que tuvo y, en una contra en el 55, el sempiterno Rubén Castro encontró su premio tras un rechace de Óscar. El portero del Castellón no pudo blocar un esférico que acabó llegando al delantero en el área pequeña, zona letal de Castro (1-0).

La trascendencia del tanto era vital, pero la respuesta del Castellón fue exigua, padeciendo de poca presencia en área rival pese al encadenamiento de centros, sobre todo, de Jorge, y por eso Garrido quiso doblar la punta dando entrada a Soriano por Arturo, liberando a Rubén entre la creación y el extremo.

Sin reacción aparente, el encuentro consumió minutos entre la infértil posesión del Castellón y el ensimismamiento del Cartagena saliendo a la contra. La final frente a un rival que te está adelantando provocó que Garrido se arriesgara: saltaron Mateu y César, como carrileros, por Lapeña y Gálvez en el 78. Tampoco funcionó, por lo que insistió incorporando a Cubillas y Zlatanovic por Señé y Jorge a poco del final.

El Cartagena enmarañó el juego y dejó pasar los minutos imposibilitando al Castellón llegar a amenazar. Los de Garrido apenas pudieron coser un centro que no encontró rematador, certificando una derrota que significa ser superado por el Cartagena y dar un paso atrás en el camino de la salvación en decimoctava posición empatado con el primer equipo de la zona roja.

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